La práctica de la difamación ritual

Cómo se controlan los valores, las opiniones y las creencias en las sociedades democráticas.

Proyecto Karnayna
5 min readDec 31, 2018

Laird Wilcox

La difamación es la destrucción o intento de destrucción de la reputación, estatus, carácter o posición en la comunidad de una persona o grupo de personas por medio de un discurso o publicación, injusta, indebida o maliciosa. Para los propósitos de este ensayo, el elemento central es la difamación en represalia por las actitudes, opiniones o creencias reales o imaginarias de la víctima, con la intención de silenciar o neutralizar su influencia, y/o ponerlas como ejemplo para desanimar la independencia y la “insensibilidad” o la no observancia de tabúes similares. Se diferencia en naturaleza y grado de la simple crítica o desacuerdo en que es agresiva, organizada y hábilmente aplicada, a menudo por una organización o representante de un grupo de interés especial, y en que consta de varios elementos característicos.

La difamación ritual no es ritualista porque siga ninguna doctrina religiosa o mística prescrita, ni porque esté incluida en ningún documento o texto en particular. Es ritualista, más bien, porque sigue un patrón predecible y estereotipado que abarca una serie de elementos, como en un ritual.

Los elementos de la difamación ritual son estos:

  • En una difamación ritual, la víctima debe haber violado un tabú en particular de alguna manera, normalmente expresando o identificándose con una actitud, opinión o creencia prohibida. No es necesario que “haga nada” al respecto ni que emprenda ninguna acción en particular, basta que participe en alguna forma de comunicación o expresión.
  • El método de ataque en una difamación ritual es atacar el carácter de la víctima, y nunca ofrecer más que un desafío superficial a las actitudes, opiniones o creencias particulares expresadas o implicadas. La difamación es su principal herramienta.
  • Una regla importante en la difamación ritual es evitar participar en cualquier tipo de debate sobre la veracidad o razonabilidad de lo que se ha expresado, solo hay que condenarlo. Debatir abre la cuestión al examen y la discusión de sus méritos, y la consideración de la evidencia que puede apoyarla, que es justo lo que el difamador ritual está tratando de evitar. El objetivo principal de una difamación ritual es la censura y la represión.
  • La víctima es a menudo alguien visible al público — alguien que es vulnerable a la opinión pública — aunque tal vez de una manera muy modesta. Podría ser un maestro de escuela, un escritor, un hombre de negocios, un funcionario menor, o simplemente un ciudadano sincero. La visibilidad aumenta la vulnerabilidad a la difamación ritual.
  • Se intenta, a menudo con éxito, involucrar a otros en la difamación. En el caso de un funcionario público, se instará a los demás funcionarios públicos a que denuncien al autor del delito. En el caso de un estudiante, se llamará a otros estudiantes, y así sucesivamente.
  • Para que la difamación ritual sea efectiva, la víctima debe ser deshumanizada en la medida en que se vuelve idéntica a la actitud, opinión o creencia ofensiva, y de una manera distorsionada hasta el punto de mostrarse en su forma más extrema. Por ejemplo, una víctima difamada como “subversiva” será identificada con las peores imágenes de subversión, como el espionaje, el terrorismo o la traición. Una víctima difamada como “pervertida” será identificada con las peores imágenes de perversión, incluyendo el abuso sexual infantil y la violación. Una víctima difamada como “racista” o “antisemita” se identificará con las peores imágenes de racismo o antisemitismo, como linchamientos o cámaras de gas.
  • También para tener éxito, la difamación ritual conllevará presión y humillación a la víctima de todas partes, incluyendo a familiares y amigos. Si la víctima tiene hijos en edad escolar, pueden ser objeto de burla y ridiculizados como consecuencia de la publicidad adversa. Si es empleado, la víctima puede ser despedida de su trabajo. Si la víctima pertenece a clubes o asociaciones, se puede instar a otros miembros a que la expulsen.
  • Cualquier explicación que la víctima pueda ofrecer, incluyendo que afirme ser incomprendida, se considera irrelevante. Reclamar la defensa de la verdad para un valor, opinión o creencia políticamente incorrecto se interpreta como un desafío y solo agrava el problema. La difamación ritual a menudo no es necesariamente una cuestión de estar equivocado o acertado, sino más bien de “insensibilidad” y de no observar los tabúes sociales.

Un aspecto interesante la difamación ritual como práctica es su universalidad. No es específica de ningún valor, opinión o creencia ni de ningún grupo o subcultura. Puede ser utilizada a favor o en contra de cualquier grupo político, étnico, nacional o religioso. Por ejemplo, puede ser utilizado por antisemitas contra los judíos o por judíos contra antisemitas, por derechistas contra izquierdistas o por izquierdistas contra derechistas, etc.

El poder de la difamación ritual reside enteramente en su capacidad de intimidar y aterrorizar. Abarca algunos elementos de las primitivas creencias supersticiosas, como la “maldición” o el “hechizo”. Juega con el miedo inconsciente que tiene la mayoría de la gente a ser abandonada o rechazada por la tribu o por la sociedad y ser aislada de los sistemas de apoyo social y psicológico.

La debilidad de la difamación ritual radica en su tendencia a la exageración y en su evidente maldad. De manera ocasional, la difamación ritual fracasará debido a una mala planificación y a que no se juzga correctamente la vulnerabilidad de la víctima o porque su crueldad genera simpatía de manera inadvertida.

Es importante reconocer e identificar los patrones de una difamación ritual. Como todas las campañas de propaganda y desinformación, se realiza principalmente a través de la manipulación de palabras y símbolos.

No se utiliza para persuadir, sino para castigar. Aunque puede tener elementos cognitivos, su impulso es principalmente emocional. La difamación ritual se utiliza para dañar, intimidar, destruir y perseguir, y para evitar el diálogo, el debate y la discusión de los que depende una sociedad libre. Por estos motivos, debemos oponernos a ella, independientemente de quién intente justificar su uso.

Laird Maurice Wilcox

Laird Maurice Wilcox es un investigador estadounidense especializado en el estudio de los movimientos políticos marginales. Es el fundador de la mayor biblioteca académica sobre esta cuestión, la “Wilcox Collection of Contemporary Political Movements”. Autor de varios libros sobre movimientos políticos y los intentos de suprimirlos, la libertad de expresión y las libertades civiles. En Twitter, @LairdMWilcox

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Traducciones sobre los asuntos de los hombres, la izquierda liberal, las políticas de identidad y la moral. #i2 @Carnaina

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